
Bienvenido a Tierra Santa, hermano.
Desde hoy queda inaugurado este blog dedicado a diferentes temas, pero todos ellos relacionados con la cultura de la Baja Edad Media, sean estos pertenecientes a la actualidad o contemporáneos a la época.
No se trata de un blog de arte y cultura desde el punto de vista ortodoxo, por lo que tienen cabida aquí todo tipo de publicaciones que tengan el bajo medievo como fuente de inspiración.
Es esta una época mística y cargada de tópicos y supersticiones. Tendemos, desde la concepción occidental actual, a verla como una época oscura, de decadencia, de retroceso, de crueldad. A pesar de todo ello, no es del todo así. La influencia del renacimiento hace que veamos Roma como tiempos de gran esplendor, en los que la población tenía acceso a muchos servicios urbanos y a gran calidad de vida. Nada más alejado de la verdad.
En Roma, para comenzar, no todo el mundo tenía tanta calidad de vida, ni participaba en la democracia. A la práctica, sólo el 17% de la población podía votar. Aparte, no toda la Edad Antigua es Roma: los demás imperios de la antigüedad no tenían una calidad de vida general mucho mayor a la medieval, la mujer estaba relegada a un papel meramente reproductor y en muy raras ocasiones podía formar parte de la política (pese a la excepción egipcia, pero es una seta enmedio del desierto), la esclavitud era una práctica general y extendida, y los escalofriantes genocidios estaban a la orden del día.
En cambio, en los tiempos medievales, pese a que la tecnología en calidad de vida y las condiciones higiénicas relativamente descendieron, el papel de la mujer pasó a estar más representado: las leyes de sucesión semisálicas permitían a las mujeres formar parte de los papeles sucesorios, aparte de que existieron varias mujeres ostentando títulos de condesas y de duquesas. Además, es una época en la que el amor, pese a no ser la motivación real de un matrimonio, pasa a ser un tema predominante en la lírica, reduciéndose el escalofriante concubinato de la antigüedad.
La esclavitud en el medievo fue descendiendo hasta relegarse sólo a algunos papeles concretos y escepcionales; el poder central imperial que tanto había caracterizado a los grandes imperios de la antigüedad quedó obsoleto frente a los estados descentralizados feudales; las guerras y asesinatos entre miembros de la cristiandad pasaron a ser más polémicas y peor vistas (cosa que hacía que fueran más difíciles de legitimar), y un largo etcétera.
Así pues, no debemos mirar hacia el medievo como una larga noche de mil años, sino como el crepúsculo del día que después nos tocaría vivir. Os invito a todos a asistir a este blog y a contribuir en su difusión entre otros enamorados de las intrigas de palacio.
Deus Vult
1 comentario:
Hola enriquet!!!
Veig que t'has unit al món blogger!!! JA t'aniré comentent, i si vols tu també comenta al meu!
muaaaaaaaaa
Mariona
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